Una sorpresa moderada que funciona mejor de lo esperado
Viniendo de donde venimos en el UCM, reconozco que no tenía muchas esperanzas puestas en Ironheart. De hecho, las últimas series de Marvel ni siquiera las he visto. Quizá el ligero “haz de luz” que me dejaron Thunderbolts* y la nueva de Capitán América: Brave New World (sin que sean una maravilla) me empujaron a darle al play cuando apareció en Disney+. Y para mi sorpresa, me encontré con una serie bastante amena, contenida y, dentro de sus límites, eficaz.

Sinopsis: «Ironheart» es una serie del UCM que sigue a Riri Williams, una joven prodigio de la tecnología que construye una armadura inspirada en Iron Man y se convierte en la superheroína Ironheart. La trama se desarrolla después de los eventos de «Black Panther: Wakanda Forever» y enfrenta la tecnología de Riri con la magia de un villano llamado The Hood, además de abordar los desafíos personales de Riri.
Ironheart no aspira a reinventar el género ni mucho menos, pero tiene algo que muchas de sus predecesoras recientes han perdido: claridad. Los dos primeros capítulos sientan unas bases sencillas, sin grandes alardes, pero es a partir del tercero donde realmente empieza a encontrar su tono. La historia despega, el ritmo se afina y algunos personajes comienzan a mostrar matices que no esperabas al principio.
Riri Williams, que tuvo una aparición muy poco inspirada en Wakanda Forever, aquí gana en profundidad. El personaje —no tanto la actriz— está muy bien escrito. Imperfecta, contradictoria, impulsiva… pero humana. Esa imperfección le da empaque y la hace más real, más cercana. No la veo como un personaje central dentro del UCM, al menos no todavía, pero sí como una figura secundaria sólida.
En cuanto a nuestro antagonista El Encapuchado (The Hood), empieza siendo uno más, sin llamar demasiado la atención, pero su evolución final y lo que sugiere su recorrido le da peso e interés. A eso hay que sumar un plantel de secundarios que, aunque no deslumbran, aportan bien a nivel de acompañamiento o tono.
Una de las cosas que más me ha gustado —y que quiero destacar— es cómo la serie mezcla tecnología y magia. Podría haber chirriado, pero todo lo contrario: está tan bien empastado que el contraste funciona como un plus narrativo. Visualmente también me sorprendió. El CGI está cuidado, y tanto la fotografía como la ambientación aportan un entorno muy digno para contar esta historia. Eso sí, la banda sonora me resultó totalmente intrascendente. Imagino que puede tener más presencia en el contexto norteamericano, pero personalmente, no me dejó nada que destacar.
Y luego está el detalle final. Sin hacer spoilers, en los dos últimos episodios aparece un personaje que, aunque está solo de paso, abre posibilidades interesantes dentro del UCM. No sabemos si esa semilla dará fruto con los cambios que está viviendo Marvel, pero desde luego deja huella, y especialmente en Riri, a quien parece afectarle de forma directa. Eso da pie a pensar que la volveremos a ver, sea en una segunda temporada, en una peli grupal o donde toque.
En resumen, Ironheart no es ninguna maravilla, pero viniendo de donde venimos, funciona mucho mejor de lo que esperaba. Y a veces, eso ya es suficiente.
VALORACIÓN para mí estantería:
Ni para un mercadilloEn la leja de abajo- Edición sencilla, pero honesta
Edición especial recomendadaTesoro de colección
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